Relacionarse sentimentalmente con un hombre misógino suele ser una de las experiencias más dolorosas y devastadoras que puede experimentar una mujer en toda su vida, ya que el daño no sólo se limita a sentir frustración, tristeza, desilusión o coraje por haber elegido mal a la pareja e involucrarse en una convivencia desastrosa, sino que además se ven profundamente afectadas su autoestima, seguridad personal, la confianza en sí misma, su trabajo y realización profesional, las relaciones sociales (con la familia y las amistades), la economía o su patrimonio personal e inclusive su desempeño como madres (en caso de tener hijos). Es decir, el daño es tan extenso y generalizado que le llevará algún tiempo poder sanar sus heridas y reconstruir su forma de vida.
Lo peor de todo es que todavía hay mujeres que no saben que existe la misoginia y muchas más las que no se imaginan que están conviviendo con un hombre misógino. Por eso es tan importante identificar lo más pronto posible si tu pareja presenta rasgos de este tipo o prevenir si alguien que está sometido en una relación de este tipo. Para eso puedes utilizar el siguiente cuestionario:
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Si a más de seis de estas preguntas respondiste de manera afirmativa, puedes estar razonablemente segura de que te relacionaste con un misógino. También puede ayudarte para una mejor identificación tener presentes las tres “personalidades” que el misógino suele manifestar a lo largo de la relación:
a) El Príncipe. Es la que muestran al inicio. Se venden a sí mismos como el hombre perfecto, el sueño de cualquier mujer hecho realidad. Son atentos, caballerosos, detallistas, protectores, inteligentes, carismáticos, encantadores. Saben exactamente qué hacer y qué decir para impresionar. Han construido una máscara de éxito y falsa confianza que suele ser muy atractiva. Creen que son seres únicos y especiales que no se conforman con cualquier mujer, por eso te hacen sentir que eres “la elegida” y te colocan en un pedestal por las virtudes que te ven.
2) El Patán. Esta segunda fase es extremadamente desconcertante para una mujer que se siente feliz y tranquila con su pareja, y de pronto se enfrenta a la primera escena de agresión verbal (críticas, reproches, devaluaciones, etc.). Parece increíble que el mismo hombre que te trataba con dulzura y delicadeza, te llenaba de mimos y atenciones, que te hacía creer que tú eras la persona más importante del mundo para él, de pronto te insulte y te trate mal. Cómo esto te toma por sorpresa y él tiene la enorme habilidad de hacerte sentir culpable, puedes llegar a creer que hiciste algo mal y que debes corregirte para no provocarlo. Lo más desconcertante es que el Príncipe luego vuelve a aparecer y tú te tranquilizas creyendo que se trató de un evento aislado y que todo volverá a estar bien. Eso hace que te esfuerces más en complacerlo para mantener la armonía.
A partir de ahí las dos personalidades se irán alternando. Nunca sabes cuándo saldrá el príncipe y cuándo el patán. Eso te irá volviendo temerosa e insegura. Si él se enfurece, la culpa es tuya por provocarlo. Si tú te enfureces, dirá que eres una neurótica que no sabe controlar sus emociones. Estarás en constante tela de juicio, todas tus acciones o palabras serán vigiladas, controladas y estarás bajo un estricto escrutinio para cumplir con todas las cualidades que te asignó, las cuales incluyen que él debe ser tu máxima prioridad, que todo lo que dice está bien, que si trata de corregirte es porque te quiere y que cualquier falla tuya es la que puede echar a perder la relación.
3) El Niño Herido. Como es obvio, tarde o temprano te cansas de vivir en una situación tan angustiante y empiezas a considerar la posibilidad de terminar la relación. Ya no soportas tanta violencia psicológica, control y manipulación. Cuando el misógino detecta que quieres abandonarlo puede presentar esta tercera personalidad. De pronto el hombre prepotente y poderoso se muestra vulnerable y triste. Está aparentemente arrepentido de sus arranques, te chantajea por hacerlo sufrir después de todo lo que ha hecho por ti y jura que las cosas van a cambiar si le das otra oportunidad. Lo más probable es que le creas y vuelvas a engancharte porque la relación ha sido muy intensa. Con el paso del tiempo se hace evidente que él no cambió y las cosas regresan a la etapa conflictiva.
Si estás viviendo esta situación, de seguro tu pareja es misógino.
Por: Dra. Lucy Serrano
Fuente:
http://www.mundodemama.com/2011/10/03/como-detectar-a-un-hombre-misogino/
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